Esta semana tenemos a Nariko, la heroína maldita que desea vengar a su gente, un clan guerrero prácticamente destruido por el tirano rey Bohán. Si Nariko hubiera nacido varón se habría cumplido la profecía de que un guerrero celestial conduciría al clan a un glorioso futuro.
A pesar de todo, Shen, su padre, la entrenó en las artes de la
guerra y le transmitió las habilidades y el pensamiento de un guerrero.
Cuando su padre es capturado por Bohan, a Nariko solo le queda una
opción, empuñar la Espada Celestial.
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